Entrevistas

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480Academy  ·  Cátedra Cuatroochenta  ·  Charlas #EnModoAvión

El gerontólogo y director científico del Programa de Mayores de la Fundación La Caixa analiza cómo debería ser la relación de las personas mayores con la tecnología y cómo podría ayudar a cuidarlas en un Vídeo Tip 480.  

¿La transformación digital ignora a las personas mayores? ¿Qué papel juega la tecnología frente al reto de la nueva vejez? ¿Qué deberían tener en cuenta las empresas a la hora de desarrollar soluciones destinadas a mayores? Son algunas de las preguntas a las que responde Javier Yanguas, doctor en psicología y director científico del Programa de Mayores de la Fundación La Caixa. El gerontólogo reflexiona sobre estas cuestiones en una entrevista Vídeo Tip a raíz de su participación en la charla #EnModoAvión sobre tecnología y personas mayores “¿Puede cuidarnos un algoritmo?”, organizada en Madrid por Cuatroochenta con la colaboración de EULEN Sociosanitarios y la Cátedra de Inteligencia Artificial, Salud y Bienestar de la Universitat Jaume I de Castelló.

En 2050, un tercio de la población española tendrá más de 65 años. El creciente envejecimiento de la población vaticina un aumento, en las próximas décadas, de las necesidades de cuidados de larga duración y de las situaciones de soledad no deseada. Ante este panorama, los profesionales sociosanitarios se plantean si la tecnología puede ayudar a mejorar la calidad de vida y los cuidados de las personas mayores.

"La tecnología debería facilitar la parte dura instrumental, complicada, difícil y pesada del cuidado y habilitar tiempo, al menos ese es mi deseo, para que las relaciones entre personas sean más consistentes".

Javier Yanguas, gerontólogo y director científico del Programa de Mayores de la Fundación La Caixa

La tecnología en la nueva vejez

Tecnología que permite detectar precozmente la dependencia a través de unos ejercicios físicos como hace el proyecto Sally, desarrollado por la Cátedra Cuatroochenta; soluciones que utilizan la interacción por voz para diagnosticar los primeros indicios de demencia o sistemas que monitorizan a las personas mayores en sus hogares gracias a dispositivos bluetooth. Son solo algunos ejemplos de cómo la tecnología puede ayudar a cuidar de las personas mayores. “Me parece que puede ser de gran ayuda” reconoce Javier Yanguas, quien advierte que esas herramientas no pueden sustituir las relaciones personales de cuidados.

Para el autor del libro Pasos hacia una nueva vejez la pandemia ha sido un buen ejemplo. Las aplicaciones de videollamada permitieron acercar a las personas y evitar su aislamiento, pero evidenciaron que no reforzaban las interacciones sociales: “ya hemos aprendido que nada sustituye a un abrazo”. Sí tiene un papel fundamental la tecnología en la parte más instrumental. Los robots pueden ser útiles, por ejemplo, en cirugía, en cambios de pañal o en el aseo, pero todo ello debe estar combinado con el cuidado personal.

¿La transformación digital excluye a las personas mayores?

La respuesta del director científico del Programa de Mayores de la Fundación La Caixa es clara: “si no se hace bien, puede poner en apuros a ciertas personas mayores”. Un ejemplo de ello es el que evidenció Carlos San Juan, médico jubilado e impulsor de la campaña ‘Soy mayor, no idiota’, para reivindicar una mejor atención a los mayores en los bancos y que explicó en el episodio del podcast de Cuatroochenta ‘¿Puede cuidarnos un algoritmo? Tecnología y personas mayores’.

Javier Yanguas reflexiona en la entrevista sobre el impacto de la transformación digital en las personas mayores. Cree que debería ser más paulatina y que permita combinar la atención digital con la personal, defendiendo lo que algunos han bautizado como “burbuja analógica”. Y advierte, además, que “las situaciones de vulnerabilidad son independientes de la alfabetización digital”, ya que con más o menos habilidades digitales todas las personas pueden acabar en una situación de dependencia.

Desarrollo tecnológico con perspectiva senior

La tecnología, a veces, puede favorecer el edadismo, que es como se conoce la discriminación y los prejuicios hacia las personas en función de su edad. Teniendo en cuenta esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en 2022 un informe que advertía que la inteligencia artificial podía perpetuar esa discriminación hacia las personas mayores y, por tanto, afectar la calidad de la atención que reciben. Pensemos, por ejemplo, en un sistema que solo se basa en la edad cronológica para fijar quién recibe un medicamento o un tratamiento.

El gerontólogo hace referencia a este estudio y considera que al desarrollo tecnológico pensado para mayores le falta mayor personalización. La mayoría de las aplicaciones se diseñan con "una lógica generalista” y “necesitamos diseños más personalizados”. Y esto, según Yanguas, se conseguiría con una mayor cooperación entre profesionales técnicos y sociosanitarios.

"En la lógica de la tecnología 2 y 2 son 4, pero en la vida de las personas esto no funciona así. Por poner un ejemplo sencillo: que le ponga un teléfono inteligente a mi madre para que me llame, no significa que mi madre no se vaya a sentir sola".